Lejos, a lo lejos

A lo lejos, una sinfonia tenue suena y el viento apacible la deposita en mis oidos con el mismo desvelo con el que los pájaros aovan. Música nostálgica, cual se encuentran mi alma. En el filo de la hamaca, peino con mis dedos la tierra y la mirada extendida en el dorso de tus pies.

¿Y tú...?
Sentada frente a mi, contando ensimismada los años de Dios.

Tan solo quedamos tú y yo.

Pero no te angusties, quédate sentada, aquí esperaremos a que se apague esa música triste.

Y que nadie lloré, aunque nuestros ojos se ahoguen y las almas inunden la tierra.


Escuchando: Silvio Rodríguez - Ando como hormiguita  

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