9 de mayo de 1945. La hazaña de todo un pueblo

A 60 años de la hazaña del pueblo soviético. 
En las llamas de la II Guerra Mundial perecieron más de 50 millones de personas; decenas de miles de ciudades y poblaciones rurales quedaron arruinadas o reducidas a cenizas; inestimables valores culturales y artísticos fueron destruidos. El ejercito rojo se sumergió en 1,418 días de encarnizada lucha, casi 27 millones de vidas perdidas, miles y miles de ciudades, poblados y aldeas destruidos.

La hazaña del pueblo soviético 

Cada aniversario de la victoria sobre el nazismo y sus aliados constituye un acontecimiento dramático y, a la vez, feliz, pues fue el triunfo de la nobleza, el humanitarismo, el valor y el heroísmo sobre las siniestras fuerzas del mal. Pero el extranjero hubo y hay publicaciones que escribieron “su propia historia” sobre los acontecimientos de la segunda guerra mundial, logrando su propósito, alcanzando proporciones insultantes, donde se le atribuyeron a la Unión Soviética objetivos egoístas, decisiones políticas inescrupulosas nublándolo todo con una cortina de humo sobre el papel preponderante e histórico del Ejército Rojo de la URSS en la derrota del fascismo hitleriano. Lo curioso es que hasta sectores de la izquierda antifascista bailaron al ritmo de la burguesía, y se refirieron a la guerra mundial en términos abstractos y antihistóricos. Pero no todo quedo en el «olvido» (voluntario desde luego) sino también lleno de una vulgar tergiversación de los hechos históricos; la mayor parte de la prensa Europea (Francia, Bélgica, Suiza) se refirió al Ejército Rojo, no para reconocer el papel central que jugaron en la guerra, sino para acusarlo de «invasor» de los países bálticos». Arrancar de la memoria los verdaderos hechos históricos, es un arma estratégica de los herederos del fascismo Europeo. Su propósito fundamental es que los pueblos olviden a los verdaderos culpables del horror del pasado, y en tanto ello dejarles el camino libre para el resurgimiento del terror nazi y criminal. 

Adolfo Hitler muchas veces es calificado por los historiadores burgueses como un aventurero o loco, pues tienen el propósito de ocultar la esencia política de la segunda guerra mundial que mostró el rostro extremo del sistema capitalista mundial y la voracidad imperialista. La Alemania hitleriana, fue la expresión social y política de una fracción de la burguesía internacional, y ahí radicó la medula del odio de clase contra el socialismo soviético. Pero ninguna acción criminal de las perpetradas por la antigua dirección soviética encabezada por Stalin puede borrar el gran sacrificio que el pueblo soviético pagó para lograr la victoria. De los jerarcas nazis es la plena responsabilidad por haber desencadenado la guerra, para la cual se habían preparado minuciosamente y durante mucho tiempo. No se debe intentar aminorar la culpa de Hitler, promoviendo a primer plano la personalidad de Stalin. Es necesario sacar una lección adecuada de lo ocurrido.»; y esta es que, antes de agredir a la URSS, la Alemania nazi había conquistado a casi todos los países de Europa, sin encontrar una resistencia fuerte. En los territorios ocupados se implantó un régimen de terror y violencia. Un peligro mortal se cernía sobre todo el planeta. 

Los hitlerianos hablaban descaradamente de su «derecho» a eliminar a muchos pueblos y razas, incluidas las mayores de Europa. «Nuestro deber es -decía Hitler- aniquilar a la población… tendremos que desarrollar la técnica de aniquilamiento. Si me preguntan qué entiendo por aniquilamiento de la población, mi respuesta será que me refiero al aniquilamiento de unidades raciales enteras. Esto es lo que me propongo llevar a la práctica, esta es, en rasgos generales, mi tarea… ¡Me cabe el derecho de exterminar a millones de seres humanos de raza inferior!» Refiriéndose a Francia, país que tanto ha hecho por la civilización mundial, Hitler afirmaba que «ese país de ‘negroides’ llegará a la decadencia que mil veces merece…». La cuestión del exterminio de los franceses y de la total eliminación del Estado francés lo ponía Hitler en dependencia del resultado de la guerra contra la Unión Soviética. Por eso las fuerzas progresistas de Francia relacionaban su liberación del yugo fascista con la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi. Los franceses sabían lo que ha hecho para ellos la Rusia soviética y saben que justamente la Rusia soviética ha desempeñado el papel más importante en su liberación. Los nazis tenían también sus planes hegemónicos con respecto al pueblo inglés: cuanto derrotaran a Inglaterra acabarían con los ingleses de una vez por todas. Los hombres sanos serían trasladados al continente en calidad de esclavos. Los viejos y los enfermos serían exterminados.» Países como Holanda, Dinamarca, Noruega y Suecia estaban sujetos a una germanización forzada. «Debemos enviar -decía Hitler- a todos los noruegos, suecos, daneses y holandeses a las regiones orientales (Europa del Este). Allí servirán al imperio. Se nos plantea esta grandiosa tarea para el futuro: la aplicación de una política racial planificada.» Además pensaban liquidar al Estado suizo neutral, cuya población se utilizaría «únicamente como taberneros, exhortaba a liquidar los Estados pequeños, calificándolos de «viejos desperdicios» de Europa. 

Las directrices de Hitler, se proyectaban conquistar Gibraltar, Portugal, Islas Canarias, Rumania, Grecia, Yugoslavia, Bulgaria, la Unión Soviética, Creta, África del Norte, Turquía, el Canal de Suez, Irak, Irán y la India. Los nazis abrigaban planes criminales respecto a los pueblos eslavos. Los sometían al exterminio y sus tierras a la colonización. Estadistas y dirigentes militares de los EU e Inglaterra advertían sobre el peligro real que amenazaba a los pueblos tanto de Europa como de otros continentes advertían que, después de conquistar América Latina, los nazis se proponían «estrangular a los Estados Unidos y a Canadá». Los éxitos de las tropas nazis en 1939 – 1941 se les subieron a la cabeza a los políticos y dirigentes militares hitlerianos. Tras ocupar los países europeos, Alemania militarizó toda su economía; casi 6 mil 500 empresas de esos países servían a la Wehrmacht hitleriana; tomó las armas y el material de guerra de 180 divisiones francesas, belgas, holandesas, noruegas, británicas y checoslovacas. Sólo en Francia capturaron 4,930 tanques y vehículos blindados y 3 mil aviones. Engreídos por los triunfos logrados en Occidente, esperaban derrotar rápidamente a la URSS mediante contundentes ataques masivos de las fuerzas blindadas, la aviación y la infantería. Contra la URSS fueron lanzadas 190 divisiones (5 millones 500 mil soldados) estas tropas disponían de más de 47 mil cañones y morteros, unos 4,300 tanques y cañones autopropulsados y hasta 5 mil aviones. El enemigo tenía una superioridad triple, cuádruple y aún mayor sobre las tropas soviéticas. Los nazis se aprovecharon también de los graves errores en la defensa, que cometieron entonces los dirigentes del país encabezados por Stalin. Muchos militares y políticos de Occidente no confiaban en que la Unión Soviética fuera capaz de oponer resistencia a las hordas hitlerianas. Por ejemplo, el congresista norteamericano Martin Lice, en una intervención del 24 de junio de 1941, afirmó que «dentro de un mes Hitler se apropiará de toda Rusia», mientras que el periódico The New York Post consignó en su número del 27 de junio que «para salvar a los rojos de una derrota inminente se precisa un milagro semejante a los milagros bíblicos». La grandeza de la hazaña del pueblo soviético y de sus combatientes radica justamente en que lograron detener el avance de los agresores nazis y aniquilar el grueso de su poderío militar. Ya en los primeros días de la guerra los fascistas comenzaron a sentir los golpes que el ejército rojo les propinaba. 

En todos los sectores los combatientes opusieron una tenaz resistencia al enemigo. A finales de septiembre de 1941 los alemanes habían perdido 213 mil hombres entre muertos, heridos y desaparecidos. El ejército soviético sostenía una titánica lucha contra los agresores fascistas, en un amplio frente que se extendía desde el Mar de Barents hasta el Mar Negro, el diario norteamericano The Washington Post señalaba: «Da escalofrío sólo el pensar lo que podría ocurrir si el Ejército Rojo no resistiera el empuje de las tropas alemanas en ofensiva, si el pueblo ruso fuera menos bravo y valeroso… al sostener esta valiente lucha, los rusos defienden la causa de la civilización contra todos los enemigos de la humanidad. Hacen un aporte de extraordinaria magnitud a nuestra causa común.» En la batalla de Moscú, fueron derrotadas 50 divisiones del enemigo, ascendiendo sus bajas a más de 800 mil efectivos, se desmintió el mito de la «invencibilidad» de la Wehrmacht fascista y fueron desbaratados los planes de la «guerra relámpago» concebidos por el alto mando hitleriano. El triunfo de las tropas soviéticas en Stalingrado (Esta batalla fue sin duda la más crucial, pues produjo un viraje radical en el curso de la guerra) fue una verdadera catástrofe para la Alemania nazi. Durante ese combate se cercó y eliminó una agrupación enemiga de 330 mil hombres. El 5 de febrero de 1943, el presidente F. Rooseveit calificó la batalla de Stalingrado de lucha épica. En un mensaje, que el presidente norteamericano envió a los combatientes de aquella ciudad, se decía que «la gloriosa victoria frenó la ola de la invasión y sirvió de punto de viraje en la guerra de las Naciones Aliadas contra las fuerzas de la agresión». Durante la batalla de Kursk, en 1943, las fuerzas armadas soviéticas arrebataron al mando nazifascista la iniciativa estratégica y la mantuvieron hasta el fin de la guerra. En el verano de 1944, el ejército soviético ya había derrotado más de 370 divisiones de nazis, que contaban con un total de 5 millones500 mil efectivos. 

El general Marshall, quien durante la segunda Guerra Mundial desempeñó el cargo de jefe del Estado Mayor del ejército de tierra estadounidense, confesó que «sin los éxitos alcanzados por el ejército soviético las tropas norteamericanas no habrían estado en condiciones de hacer frente al agresor y la guerra se habría extendido al continente americano». En el curso de la contienda, fueron derrotadas en total 607 divisiones de la coalición hitleriana, tres cuartas partes de su aviación, de sus tanques y piezas de artillería y más de 2 mil 500 buques. Para resarcirse de estas pérdidas, los nazis tuvieron que trasladar 268 divisiones desde los países de Europa Occidental al frente oriental. De no haber sido derrotadas el grueso de las fuerzas nazis en el frente soviético, que era el principal de la guerra, pues en ella se encontraban más del 80 por ciento de las tropas de Alemania y de sus satélites, habría sido imposible liberar a Europa del yugo fascista. Durante más de un año, 7 millones de soldados soviéticos sostuvieron encarnizados combates en territorio de países extranjeros para liberarlos de los opresores nazis. Se llevaron a cabo más de 20 importantes operaciones estratégicas, que tanto significaron por su desenlace como las de Jassy-Kishiniov, la del Vístula-Oder, Budapest, Belgrado, Viena, Berlín y Praga. Los soldados soviéticos sostuvieron casi 9 meses de encarnizadas batallas para liberar Polonia, tomando parte en ellas más de 3 millones 500 mil hombres. Combatió hombro con hombro con ellos el ejército polaco. Fueron derrotadas más de 170 divisiones de la Wehrmacht. Con ayuda de la URSS, Polonia recuperó sus tierras ancestrales, quedando restablecidas las fronteras justas a lo largo del Oder, el Neisse y el Báltico. En septiembre de 1944 el ejército soviético dio fin a la liberación de Bulgaria. Ésta salió de la guerra como aliada de Alemania y quedó protegida su soberanía. En octubre de 1944, 300 mil combatientes soviéticos, junto con el Ejército Popular de Liberación de Yugoslavia, participaron en la operación de Belgrado, que terminó el 20 de octubre con la liberación de la capital del país, Belgrado. La entrada de las tropas soviéticas en Bulgaria y Yugoslavia obligó al mando hitleriano a retirarse de Grecia y Albania. Los combatientes soviéticos sostuvieron 6 meses de ensangrentados combates para liberar Hungría. 

A raíz de las operaciones de Debrecen, Budapest y Bailón, Hungría quedó libre. En estas acciones tomaron parte más de un millón de efectivos soviéticos. En septiembre de 1944 Finlandia salió de la guerra, y las tropas soviéticas le ayudaron a expulsar las tropas nazis de una parte de su territorio. En octubre del mismo año, el ejército soviético liberó las zonas siderales de Noruega, en abril de 1945, los territorios orientales de Austria y su capital, Viena. Fueron especialmente sangrientas las batallas que se sostuvieron para liberar Checoslovaquia y las zonas orientales de Alemania. En la batalla de Checoslovaquia participaron más de dos millones de soldados soviéticos, quienes derrotaron 122 divisiones enemigas y tomaron prisioneros a un millón 200 mil soldados alemanes. 

En la operación de Berlín, fase final de la segunda Guerra Mundial, combatió un total de 2 millones 500 mil soldados soviéticos, así como 2 ejércitos polacos. A raíz de esta operación fueron derrotadas 70 divisiones de infantería, 23 blindadas y motorizadas y gran parte de la aviación de la Wehrmacht. Cayeron prisioneros unos 480 mil soldados y oficiales alemanes. Así después de seis años de guerra y 60 millones de muertes, los alemanes capitulan incondicionalmente el 8 de mayo de 1945. Fue alto el precio que pagaron los combatientes soviéticos por la liberación de los países europeos. Las bajas totales ascienden a más de 3 millones de soldados, incluido más de un millón de muertos. La Unión Soviética y sus fuerzas armadas no sólo desempeñaron un papel decisivo en la liberación de los pueblos del fascismo, sino que, además, contribuyeron con su hazaña a que otros recuperaran su democracia, hecha pedazos por las tropas invasoras nazis. Así nosotros deseamos simplemente que este 8 y 9 de mayo, días de la capitulación nazi, ciertos hechos históricos no sean victimas de la mentira por omisión. Y que la ocasión no sirva para la rehabilitar la colaboración y levantar monumentos a los antiguos SS.

El frente Soviético fue decisivo en la segunda guerra mundial. En el periodo de junio de 1941 y 9 de mayo de 1945.

Fueron los soviéticos quienes destrozaron la poderosa Wehrmacht y que ello sirvió para llevar a cabo en éxito el desembarco de los aliados. Y que gracias a ello, los americanos y los ingleses pudieron liberar Europa del Oeste.

México DF, Mayo 2005

Estado de ánimo: observativo
Escuchando: estática

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