Revista Proceso y el caso Wikileaks. Crisis política.
Este texto se debió de publicar la semana pasada, por cuestiones de tiempo lo publicamos recién ahora, pero consideramos que las opiniones expuestas no pierden vigencia.
Vimos como última semana de noviembre y primera de este diciembre se desarrollaron acontecimientos, tanto nacionales como internacionales que ponen en grave evidencia, la profunda crisis política en la que está sumido el Estado Mexicano.
La Revista Proceso.
Esta revista es uno de los pocos medios de peso nacional que no supeditan su existencia a quedar bien con el Gobierno Federal. No obstante tanto hace algunos ayeres por allá de 1993-95 más o menos (con Julio Scherer) como hoy en día no ha pasadode ser una publicación de corte liberal y que en aras de una pluralidad, publica tanto críticas al Estado, como ataques a movimientos populares, a los estudiantiles y no se la van los sindicales, AMLO tampoco ha sido la excepción. Sin embargo, es un referente cuando uno busca un punto de vista relativamente independiente al oficial.
De unos cuatro años para acá Proceso, su vista se ha fijado en la (supuesta) lucha que tiene el Gobierno Federal contra el narcotráfico. Esto en realidad no tiene nada de particular, ya que Calderón ha puesto como eje política la legitimación en esta “guerra”.* Pero conforme más pasa el tiempo, el desgaste de esta “política” es mayor, y queda en evidencia la farsa.
Aunque esto ya esto ya se corría en rumores, la gota que vino a derramar el vaso fue precisamente un reportaje (12/XI/10) que apareció en Proceso, donde se mostraba que un antiguo colaborador del Cartel de los Beltrán Leyva, “El Grande” había pasado de detenido a testigo protegido, declarando que él llamado Cartel del Pacifico Sur habían crecido vigorosamente, a partir de contactos con el gobierno, a todos los niveles, incluida la presidencia.
Pero hubo más, una denuncia, que en términos políticos resultaba aun más escandalosa, a través de la reportera Anabel Hernández, el Ejército Mexicano dio a conocer que fue el propio Gobierno Federal quién había establecido contactos con el “Chapo Guzmán” bajo la iniciativa del favorito del Sr. Calderón, Juan Camilo Muriño (28/XI/10).
En ella se señalaba la existencia de negociaciones entre los distintos cárteles con el Gobierno Federal, especialmente la ““venta de plazas (Cártel de Sinaloa), echando andar la vieja maniobra de “pacto contigo y nos tiramos al otro”. Esto echaría por tierra la presentación oficial de una guerra contra el narcotráfico, se dedicarían en realidad a pactar según sople el viento.
Se le acuso a Proceso de recibir sobornos del narcotráfico mediante “el Grande” como un intento, bastante palurdo por cierto, de sepultar el escándalo. Televisa ha salido en defensa del Gobierno Federal con lo cual solo se pone en evidencia la estrecha relación de amos entes.
El caso Wikileaks.
La trama no estaría completa, sino hasta que entrara en escena (del 28 al el 30 de noviembre) los reportes de la diplomacia de EUA de distintas embajadas, mostrando odio, prejuicio, menosprecio, ¡y cómo no!, la relación de subordinación que existe entre los diferentes gobiernos para con EUA.
Veamos, en el caso de nuestro país, los reportes indican como la embajada una y otra vez pide ayuda a los funcionarios norteamericanos, en entrenamientos militares (y marinos), en las tareas de espionaje, y vamos un paso más adelante, el mismo presidente recibe órdenes (pero no del pueblo mexicano). Incluso el periódico La Jornada (1/XII/10) señala la reunión entre Felipe Calderón y Robert Gates, donde se señala las prioridades del gobierno mexicano, en tema de política exterior.
Grave es, que el tema ni siquiera es novedoso, baste recordad los documentos desclasificados de la CIA (Díaz Ordaz y Luis Echeverría) pero los documentos recientes muestran a que grado humillante se ha llegado.
El Gobierno Federal simplemente se limito a “descalificar las fuentes de información”. En otros países se exigiría la renuncia del presidente, en México es solo una cuestión indiscreción.
La crisis política.
Ya han pasado cuatro años desde que Calderón tomo la presidencia, consideramos que es tiempo más que suficientemente prudente para mostrar lo que ha sido útil y lo que no en su gobierno. Y en efecto ha demostrado tremendamente útil para los sectores burgueses del país (a los narcotraficantes incluidos). Por otra parte se ha empeñado en cargar el peso de los problemas a la población en su conjunto. Con la coalición entre el PRD y el PAN se han dado ataque, tras ataque a los obreros, y tienen un gusto especial por los sindicatos, recordemos, mineros, electricistas, Mexicana de Aviación.
Así hemos visto que el ala de derecha del PRD, ha devenido a ser la muleta izquierda (nótese la metáfora) del PAN, de lo cual podemos deducir sin dificultad, que el objetivo es el 2012. La dirigencia del PRD intenta con esto exterminar la opción de una izquierda. Podemos ver la idea no tan descabellada que se prepara el regreso del PRI.
Esta idea, decimos no parece tan descabellada, si tenemos en cuenta que fue el propio Calderón quien declaro tener buenos ojos para una “candidatura ciudadana” para el año 2012. La bancarrota del PAN es evidente y lo saben, y están dispuestos a apoyar a un “ciudadano sin partido”, pero a condición de que en esencia se mantenga intacto el actual método de gobierno.
El próximo año que se inicia, probablemente, es lo más seguro, que resurjan los ataques a los trabajadores, la Ley Federal del Trabajo sigue en la mira.
De esto podemos aprender esencialmente dos cosas, si como trabajadores, estudiantes, amas de casa, no creamos una conciencia participativa y no nos volcamos hacia nuestras organizaciones como sindicatos, comités, etc. Los golpes continuaran y continuaran.
Por otro lado, si tampoco exigimos una oposición verdadera a los programas de los actuales partidos políticos, se darán estas alianzas. Que estos escándalos sirvan para demostrarnos el grave error, de seguir, justificar, y preservar este regimen de explotación, violencia y miseria que tiene sumido a nuestro pais.
*No, no nos equivocamos al escribirlo, tal parece que su política pública se basa, no la “guerra” al narcotráfico, sino en justificarla hacia la población.
11/Dic/2010
Estado de ánimo: Pensativo
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